Cada estación tiene su encanto. Aunque el otoño a veces lo identificamos con el declive, con el ocaso, ya que es la antesala del invierno, el final del alegre verano, la familia y los veraneantes que vienen a los pueblos regresan a sus casas; incluso parece que la naturaleza acusa, en cierta manera la llegada de esta estación, con la caída de las hojas de los arboles entre otras cosas. Pero el otoño también tiene cosas hermosas, algo mágico, con esos colores que se tornan tan cálidos, que invitan al recogimiento, pero al mismo tiempo al goce visual y al disfrute gastronómico de los manjares que la naturaleza desinteresadamente nos ofrece
Precioso camino de avellanos, cerca de la posada
Avellanas en el camino
Zarzas con moras
Deliciosos higos
No he puesto aquí todos los frutos que nos da el otoño en nuestro pueblo, estas son algunas muestras, aunque hay otros como las saludables nueces, y ya también comienzan a caer las primeras castañas.